jueves, 29 de octubre de 2009

miércoles, 28 de octubre de 2009

domingo, 18 de octubre de 2009

El nacimiento de la oligarquía cafetalera



Una pequeña porción de la población enriqueció como nunca antes lo pudo haber imaginado. Este grupo estaba compuesto por los principales inversionistas y comerciantes, especialmente los que participaron en la expansión de los productos exportación principales, como el café y azúcar.
¿De dónde provenía el pequeño grupo que logró, gracias a la caficultura, amasar importantes fortunas? Una buena parte descendía de hacendados y comerciantes que habían acumulado capitales y otros recursos mediante la producción afuera. Además, la expansión cafetalera atrajo a pequeño grupo de inmigrantes europeos que, buscando acrecentar sus fortunas, vinieron a invertir sus capitales en la producción, el financiamiento y la exportación del café.
Rápidamente estos inmigrantes fueron asimilados por el sector más acaudalado de la población. Estos llegaron ser partícipes del poder que para entonces disfrutaban los salvadoreños más ricos, a través de alianzas matrimoniales, de relaciones de negocios y de la activa participación la política del país.
Por otra parte, un pequeño grupo de la llamada clase dominante (el grupo más rico poderoso de la sociedad) provino de las filas del campesinado. Gracias al esfuerzo, sacrificio y a menudo la explotación de los recursos de sus propias comunidades campesinas, algunas familias campesinas a través de los años fueron enriqueciéndose hasta convertirse en terratenientes acomodados; es decir, propietarios de fincas y otras actividades comerciales mayores que las del campesinado independiente. Sin embargo, estos casos fueron excepcionales y, hasta donde hoy día se sabe, los campesinos enriquecidos integraron los estratos más bajos del grupo dominante. Por lo tanto, este sector social dominante no fue homogéneo; es decir, había diferencias con respecto al grado de acumulación de riquezas y también, como se analizará más adelante, en el grado de influencia sobre la política económica del estado.
La rápida expansión cafetalera en las últimas décadas del siglo 19 coincidió con el fin de las devastadoras guerras centroamericanas en las que cada facción de la élite salvadoreña participó tratando de imponer sus intereses particulares. Hacia 1870, las confrontaciones bélicas cesaron por varios años y se aceleró la siembra de café en gran escala. Se estaban dando las condiciones para que el grupo más poderoso de la sociedad impusiera al resto de la sociedad un nuevo proyecto de desarrollo. Estarían en manos de la clase dominante aquellas actividades económicas ligadas a la caficultura, tales como las grandes fincas cafetaleras y los beneficios para procesar el grano. Asimismo, se harían cargo de algunos casos de la exportación del café.
El café de esta nación centroamericana se cotiza actualmente en el mercado internacional a un precio medio de 131,5 dólares el saco, de acuerdo con la entidad cafetera. Las mayores ventas del año cafetero actual, que cierra el próximo 30 de setiembre, han tenido como destino Alemania y Estados Unidos.


Producción:

Dado que El Salvador tenía tierras fértiles para la producción del café esta fue planeada de la manera siguiente:

Preparación de la tierra


Los empresarios o agricultores que quisieran establecer una finca de café primero tenía que preparar el terreno para la siembra de las plantitas de café, que previamente habían sido atendidas en semilleros, Parte de esa preparación consistía en despejar los suelos mediante la tala de algunos de los árboles, dejando en pie otra cantidad considerable que se conservaba para dar sombra a los cafetales.
Los productores también tenían que asegurar suficiente mano de obra para cuidar los árboles y limpiar los cafetales regularmente. Cuando los árboles comenzaban a producir granos de café a los cinco o seis años de haber sido sembrados, el productor tenía que obtener suficiente mano de obra
Durante los meses de cosecha (generalmente de diciembre a febrero) como para recoger todo el café y hacerlo llegar a los comerciantes o beneficiadores. Esta mano de obra podía provenir de los propios miembros de la familia del productor de café o de trabajadores a quienes se les pagaba de acuerdo al peso del grano que recogieran. En esta labor participaban adultos y niños de ambos sexos, pero en especial figuraban las mujeres y muchos trabajadores de la vecina república de Guatemala que venían a trabajar a El Salvador por unos meses al año.
Además del cultivo propiamente, la producción de café incluye una fase industrial mediante la cual se despulpa la semilla y se seca para que quede solamente el grano.

Maquinarias Utilizadas


Al principio, durante los años de 1860 a 1880, no se usaba maquinaria muy complicada para este proceso. Existían unas máquinas pequeñas para despulpar y secar, algunas de las cuales fueron inventadas en El Salvador. A medida que la producción de café se expandió, algunos de los productores y comerciantes invirtieron en la compra de maquinaria más compleja, casi siempre de fabricación inglesa o norteamericana.
Con esto, los beneficiadores lograban una mayor ganancia al comprar el grano sin procesar de muchos productores, ya fueran estos campesinos o agricultores mayores.

Formas y lugares de producción del café


Para iniciar los trabajos del ciclo agrícola, muchos de los productores de café a menudo se endeudaban con los comerciantes, beneficiadores o exportadores. Estos comprometían su próxima cosecha para pagar el préstamo. Si el precio del café subía, el productor lograba cancelar el préstamo sin problema; pero si el precio del café bajaba, entonces el productor podía terminar endeudado por más de lo que le pagaban por su café. Si estas deudas se acumulaban, los productores podían terminar perdiendo sus tierras a manos de sus acreedores. Esto dificultaba especialmente la participación de los pequeños propietarios en la producción cafetalera, pues, como no existían bancos que les prestaran, casi siempre tenían que depender de comerciantes o terratenientes grandes que cobraban tasas de interés de hasta el 2% mensual.
Ya que la producción cafetalera estaba restringida a ciertos tipos de suelos, incluyendo aquellos ubicados cerca de carreteras, ferrocarriles y puertos existentes, la economía del grano tuvo siempre un carácter regional. Los departamentos productores siempre han sido los mismos: Santa Ana, Ahuachapán, La Libertad, Usulután y, en menor grado, La Paz y San Vicente. Y aun dentro de estos departamentos existen zonas costeras y otros terrenos planos que nunca han sido utilizados para la producción de café. La producción cafetalera empezó casi siempre en las afueras de las ciudades (Santa Ana, Ahuachapán, Santa Tecla, Santiago de María) y se extendió hacia el interior, llegando a veces a ocupar tierras en municipios aledaños.
Las fincas de café durante el siglo 19 no eran muy grandes; sólo unos pocos productores tenían fincas de más de veinte o treinta hectáreas. La mayor parte de las fincas estaban por debajo de este tamaño, aunque para fines de siglo ya existían empresarios que ocupaban varios cientos de hectáreas, además de tener sus propios beneficios y casas de exportación. Por ejemplo, a comienzos del siglo 20, el señor Ángel Guirola ya tenía 310 hectáreas en producción en Nueva San Salvador y era uno de los productores más fuertes del país en esa época. Otros productores producían café en sólo unas pocas hectáreas, a la par de sus siembras de granos básicos, frutas y vegetales. En algunos casos, varias haciendas en la región costera que se originaron en el período de la colonia también participaron en la producción de café, pero sólo dedicando una pequeña porción de sus tierras al arbusto.
Aunque la producción cafetalera trajo al país ingresos que de otra manera tal vez no hubiera tenido, la dependencia alrededor de un producto que absorbía grandes recursos naturales y humanos también acarreó riesgos y problemas. El principal problema durante el siglo 19 fue la fluctuación frecuente de los precios del café en Europa o Norteamérica, que a veces bajaban por debajo del costo de producción del grano. Cuando el precio bajaba, los ingresos de los distintos sectores sociales relacionados con el café bajaban también, afectando así los ingresos del estado y el bienestar de la economía en general.

Los problemas básicos al momento de su producción son los siguientes:


-La incertidumbre y la vulnerabilidad de la producción del café determinaron que muchos pequeños productores decidieran vender sus propiedades, ya sea por deudas o por el riesgo que conllevaba el cultivo.
-Tendencia a que las tierras se concentraran en menos manos después de una etapa inicial cuando el número de terratenientes y cafetaleros se expandió a mayor velocidad que la población total. Esta tendencia hacia la concentración de las tierras cafetaleras en pocas manos se aceleró dramáticamente después de 1920.
-Además, un sector muy reducido de beneficiadores comenzó a captar la mayor parte de las ganancias de la producción del café al concentrarse aún más estos aspectos de la economía cafetalera.
-También debe recordarse que durante el siglo 19 el café fue sólo uno de varios productos de importancia, tales como el añil, el ganado, los granos básicos, el azúcar, el bálsamo, los materiales de construcción, las manufacturas artesanales, las pieles y las maderas. Esto significó que la mayor parte de los salvadoreños se vio afectada de distintas maneras por la producción cafetalera. Incluso, muchos no tuvieron ningún contacto con la actividad cafetalera lo más probable es que el salvadoreño promedio, ya fuera habitante urbano o rural sólo viese un cafetal durante el corte del café cuando se dedicaba a ganar algún dinero adicional a su oficio regular.

El café y los cambios Sociales


La expansión de la producción del café estuvo acompañada de cambios significativos en la economía que creció a un ritmo nunca antes visto, este crecimiento económico beneficio desigualmente a los sectores de la sociedad pues solo una pequeña parte se beneficio de esta producción .En cuestión de meses el desempleo llegaba a cifras impresionantes en Estados Unidos y Europa se contrajo y dejaron de comprar y vender los volúmenes y materias primas como en años anteriores.
Volumen exportado de café salvadoreño cayó un 8% y los ingresos por la venta bajaron 8,9% en once meses del año cafetalero 2008-2009 (octubre-agosto), respecto del mismo período del ejercicio anterior, informó este sábado una fuente del sector. En once meses del actual ejercicio, El Salvador exportó 1,6 millones de sacos de café (de 46 kg cada uno) que fueron vendidos en la plaza internacional por un valor de 223,2 millones de dólares, precisó en un informe el Consejo Salvadoreño del Café (CSC) .En el mismo período pero del ejercicio cafetero 2007-2008, el volumen exportado fue de 1,8 millones de sacos, por lo que ingresaron a las arcas del país 244,9 millones de dólares, agregó el organismo.
En el anterior año cafetero esta nación centroamericana vendió un total de 1,9 millones de quintales del aromático por un precio total de 253,9 millones de dólares. El pasado sábado 19 de septiembre se realizó la presentación de la Denominación de Origen del café Apaneca- Ilamatepec, la cual se convierte en la Primera Denominación de Origen de El Salvador, liderada en nuestro país por la Fundación Profacé, con la colaboración del Consejo Salvadoreño del Café.